Interpretación:
"Le voy a contar un secreto, no lo sabe casi nadie: nunca he estudiado un papel por completo antes de los ensayos, sino que los he ido modelando mientras tanto."
Palabra:
"Vengo de una época en la que el profesor de canto, no sólo ha formado la voz, sino que ha intentado explicarle al alumno que la voz cantada nace orgánicamente de la voz hablada. Y hay que tener en cuenta que la palabra hablada otorga expresión dramática, sin necesidad de movimiento alguno."
Richard Strauss:
"Strauss me dijo una vez que el cantante debe, por el interés económico de su propia voz, cantar piano y hablar forte.
Esto es especialmente importante en los papeles de Wagner: hay que otorgarle a la palabra algo más de relevancia y permitirle a la voz que descanse."
Estudio de un papel:
"Música y palabra, ambas son fundamentales para mí. Así como las pausas: lo que ocurre en ellas."
Directores:
"Tuve la suerte de conocer a algunos grandes en persona, Richard Strauss, Hans Pfitzner.
La experiencia me ha enseñado que los tiranos entre los directores no son tiranos en absoluto cuando uno les presenta un concepto. Siempre se muestran abiertos.
Lo peor de todo es una sumisión equivocada."
Música moderna:
"Nunca me he sentido avasallado por la música moderna. Pero esto es más bien una cuestión de la disposición interior y de la experiencia."
Wieland Wagner:
"Wieland Wagner intentó convertir a los cantantes de nuevo en seres humanos, lejos de lo exagerado, de lo artificial, de lo falso."
Público:
"Nunca he tenido miedo escénico, al público hay que ganárselo siempre de nuevo."
Crítica:
"No existe artista en este mundo que no se alegre por una buena crítica y a quien no le siente mal una mala.
La cuestión está en cuánto tiempo vas a dejar que te moleste una mala crítica."
Familia:
"Creo que ningún artista puede ser disciplinado y crear algo desde su interior, durante años, si no posee una cierta solidez y una cierta felicidad en su esfera privada."
Enseñar:
"Tuve la suerte de tener un profesor que me llevó muy pronto a ser profesor yo mismo. Es una oportunidad de oro para mantener viva la voz. Lo he hecho durante toda mi vida.
A mis alumnos les digo que un Lied tendrá sólo repercusión si utilizáis vuestros ojos para contactar con el público."
Anécdota de despedida:
"Cantaba yo en Viena y mi madre se encontraba entre el público. Al acabar la función me comentó el diálogo que le había oído a una joven pareja, que también había asistido, ella de unos 16 años, él de unos 18.
Ella: ¿has oído a ese gigante, qué vozarrón tenía?
Él: ¿Cómo vozarrón? ¿Has visto tú qué brazos tenía? ¡Ideal para nuestro equipo de remo!"
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