"El final del invierno de 1987 fue excepcionalmente frío.
Una
mañana, vi que los rododendros del jardín se habían helado. Poco
después, leyendo el periódico, me enteré de que dos viejas damas,
habitantes de Littoinen, en las cercanías de Turku, habían muerto de
frío. Se trataba de una familia antaño muy pudiente que en 1917 había
escapado de la revolución rusa para emigrar a Littoinen con todos sus
mayordomos, criadas y preceptores. Allí compraron una casa, a la que
pusieron el nombre de Solgården (Casa del sol).
La familia no era rusa: medio alemana, medio inglesa. En casa, se hablaba el inglés o el francés: eran europeos!
Pero en la Finlandia de los años 20, uno no podía prescindir del sueco o del finés.
John
Thiess, el padre, no conocía esas lenguas. No encontró trabajo ni pudo
fundar una empresa. Poco tiempo después, se vieron obligados a vender
las joyas de la familia. John Thiess acabó pegándose un tiro en la
cabaña de madera de la casa. Su hijo Victor, tras diversas tentativas,
se encontró en el mismo callejón sin salida y se colgó de un manzano del
jardín. Tras la muerte "natural" de la madre y el suicidio de la
hermana mayor, sólo quedaron las gemelas Eleanor e Irene. El personal de
servicio las había abandonado mucho antes de que se quedaran sin
dinero. No obstante, las hermanas continuaron viviendo hasta 1987 en esa
casa que se iba cayendo - alejadas del mundo, extrañas damas fantasmas
que los habitantes del pueblo llamaban Noora y Riina.
....................
Al
carecer de criados, no tenían la menor idea de cómo deshacerse de las
basuras y los restos. Poniéndose sus guantes blancos, cogían las
cáscaras de patatas y las espinas del pescado y los arrojaban a las
habitaciones vecinas (para gran regocijo de las ratas). Una vez cada 10
años recibían visita (por ejemplo, de familiares de Inglaterra). Era
imposible recibirlos sin que un lacayo los anunciara. Y por ello
contrataron a un muchacho del pueblo, al que dieron un cursillo
acelerado de ayuda de cámara.
........................
Se ha dicho que La casa del sol
es una ópera sobre el exilio, donde se sigue el destino de los
individuos y no el de las masas anónimas de las informaciones de prensa.
La vejez es también un tema esencial, y esa mezcla extraña y aterradora
de lo trágico y lo cómico en la vida humana. El subtítulo es, en
efecto, "tragedia bufa". Es también una ópera femenina, si se la compara
con mis obras precedentes...
[...]
Finalmente, podemos considerar La casa del sol
como un homenaje irónico a un periodo de la cultura europea que a
principios del siglo pasado aún era real y que hoy día no es más que un
sueño.
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